CARNE Y ARENA

Teniendo en cuenta la última propuesta del director de cine Alejandro González Iñárritu titulada “Carne y Arena”, no cabe duda que la tecnología puede humanizarse y ser utilizada para acercarnos más a la realidad y no para alejarnos o evadirnos de ella. En la nueva propuesta del director Mexicano, que fue estrenada en el año 2017 y que hasta la fecha ha sido presentada por diferentes lugares del mundo como Mexico, EEUU o el Festival de Cannes, propone al espectador vivir en primera persona y con la ayuda de la realidad virtual VR, la experiencia de ponernos por un instante en la piel de un inmigrante mexicano que pretende cruzar la frontera de los EEUU.

Más allá del concepto tradicional de cine, de emisor receptor, en esta ocasión la propuesta de González Iñárritu se acerca más a una pieza interactiva de experimentación artística, pensada para que los espectadores tomen conciencia de la desalentadora experiencia que viven los inmigrantes al querer pasar una frontera. Ya el año pasado, la academia de Cinematografía Americana reconoció su investigación concediéndole el Oscar Especial 2017, un galardón que llevaban 20 años sin otorgar, aludiendo a la capacidad de innovación y a los nuevos caminos que abre esta obra para el desarrollo de los lenguajes cinematográficos del futuro.

La instalación realizada en colaboración con el director de fotografía Emmanuel Lubezki, invita al espectador a iniciar un camino sin retorno por el desierto de Arizona, con la única intención de pasar la frontera de los EEUU. Durante el camino diversos personajes irán apareciendo y la interacción con ellos será decisiva para el desarrollo de su viaje. Personajes como un policía, un abogado, un niño, una mujer o un anciano, inspirados todos en testimonios reales, testimonios cargados de carne y humanidad que se convierten en compañeros a lo largo de toda la travesía.

Así es “Carne y Arena” una nueva propuesta donde la Realidad Virtual se convierte en el perfecto aliado para adoptar otra piel, empatizar y vivir la escena cinematográfica desde dentro. Una experiencia personal y única, que se va desarrollando en un espacio narrativo todavía por construir, donde nuestros pies incluso pueden sentir y tocar la arena del desierto. Gracias a esta valiente propuesta de Alejandro González Iñárritu la realidad se convierte en multidireccional, activando el cerebro del espectador, único responsable de la decisiones del “aquí” y el “ahora”.  Es preciso decir que “Carne y Arena” es una trabajo especial y único hasta el momento, que combina el periodismo- ya que el director ha entrevistado durante años a inmigrantes mexicanos para este proyecto- el documental y la tecnología. Una propuesta peculiar, arriesgada e innovadora que pretende ser un referente en cuanto a concienciar y despertar la parte más emotiva y sensorial del espectador.

 

Eduardo Álvarez | Madrid | 30 de Mayo 2018

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